viernes, 22 de febrero de 2013

Las dietas no funcionan, son temporales.


    Durante los últimos 15 años de nuestras vidas la palabra dieta se pronuncia más de tres veces al día.  Varios solo la oyen y no la aplican y otros tienen maestría en dietas.

    Existe mucho deseo por conocer todo sobre las diferentes dietas, esto para aplicarlas con el objetivo principal de bajar de peso.  Las dietas no funcionan porque son temporales.  Lo que sucede es que eliminan un macronutriente como los carbohidratos, las grasas o las proteínas. Si nos quitamos un alimento al que estamos acostumbrados a consumir día con día, claro, bajaremos de peso pero por cierto tiempo, no para siempre. Estos macronutrientes son vitales para estar en balance,  los tenemos que consumir para vivir.

    La pregunta es la siguiente ¿queremos ser saludables temporalmente? No, solo queremos bajar de peso temporalmente.

    Se hizo un estudio en la Universidad de California en Los Ángeles (U.C.L.A.) del 90% al 95% de las personas que entran a una dieta. No solamente aumentan ese peso de regreso si no que agregan más peso al peso inicial,  por qué están tan contentos por comer de nuevo que no comen inteligentemente. En otras palabras, es un efecto de rebote aumentado.

    Cada vez que forzas a tu cuerpo a bajar de peso, pagas con intereses. Si le quitas algo a tu cuerpo que es necesario para hacer mejor sus funciones se protegerá.  Para la próxima ves que le des alertas que vas a entrar a una dieta va guardar extra peso para protegerse. Es como un mecanismo de defensa.

    Probamos todas las combinaciones desde alta proteína nada de carbohidratos, baja grasa mucha proteína, puros carbohidratos nada de proteína. Todas estos cambios, mezclas y variaciones es una restricción contraproducente de calorías, en pocas palabras estamos manipulando a nuestro metabolismo y después ya no querrá trabajar solo.

    Cada semana hay nuevas maneras de bajar de peso. Basado en la misma idea de bajar peso rápido.  Desde las nuevas pastillas mágicas, el mejor laxante o hasta la dieta milagrosa: “Baja un kilo por día”. Necesitamos tanto bajar de peso que lo anterior lo compras en un segundo y se te olvida que esto será muy temporal. En cierto aspecto nos abocamos al fracaso.

    Entonces, ¿que hacemos? Por lo pronto empecemos a re-programar nuestro chip. Cuando este un plato enfrente de nosotros la pregunta ya NO es ¿me engorda? Ahora la pregunta es ¿me nutre? Trata de contestar que si la mayoría de las veces.

Aquí los primeros 10 pasos para comenzar a comer saludablemente y dejar que el cuerpo tenga herramientas para realizar sus funciones adecuadamente:

1. Concientizar que el bajar de peso es gradualmente, paso a paso. El cambiar hábitos es poco a poco. Aprendes a multiplicar paso a paso, aprendes a jugar tenis paso a paso. En la mañana si alguien te viene a despertar con música rock intensa y con un vaso de agua, ¿cómo te sientes que te despierten así?  Al contrario si alguien viene a levantarte con una sonrisa, hablándote en silencio y abriendo las cortinas poco a poco te vas adaptando con más facilidad a estos cambios. El despertar es paso a paso.

2. Regresando a las bases. Es como la teoría del chango en el zoológico ¿qué se le da de comer al chango? No lo vas a alimentar con gansitos, kryspy Kreme o flammin hot cheetos. Más bien lo vas alimentar con comida relacionada a su eco-sistema, a lo que está acostumbrado a comer para que sean fuertes y sobrevivan. Nosotros vivimos como en un mundo artificial y desafortunadamente no consumimos alimentos a los que estamos biológicamente adaptados.


3. Muchos solo estamos inflamados. Resulta que las palabras low-fat, fat-free, low-carb, 0% azúcar y 0% grasa en productos manufacturados y procesados por nosotros mismos son un disparo de químicos hacia el cuerpo. Esto hace que estos químicos se vayan acumulando en nuestro colón, por eso estamos inflamados. Limpiémonos por medio de la comida real y natural.

4. Empieza desde hoy a consumir alimentos nutritivos. Normalmente nos encanta empezar a cambiar los lunes en la mañana. Por lo que abusamos los fines de semana, y es cuando nos cuesta más trabajo comenzar porque el cuerpo se siente privado o que le falta algo. Empieza en este momento, en vez de arroz blanco que sea arroz integral. En las mañanas opta por un licuado o un smoothie de espinacas, piña congelada, semillas de linaza, dátiles, un poco de canela y agua. Esto es una manera rápida de nutrirte si tu pretexto suele ser: “no tengo tiempo”.

 
5. Re-programemos nuestras frases. En ves de: “Quiero consumir ese alimento pero no puedo” cámbialo por “Pudiera consumir ese alimento pero no quiero” la energía que hay en un pequeño cambio de palabras transforma el paradigma.  


6. Mantén el foco en añadir. No convirtamos esto en un régimen estricto de comida, acordémonos que esto es paso a paso. Añade verduras a lo que sea que estés comiendo, entre más frescas y si están en temporada mejor. Si es una quesadilla ponle espinacas o acelgas. Si es un sándwich llénalo de variedades de lechugas verdes.  Que sea muy verde tu vegetal, si es de un color verde oscuro contiene más phytonutrientes y ayudan a limpiar el organismo de toxinas.  Te vas a sentir tan bien consumiendo lo bueno y lo nutritivo que eventualmente lo malo lo vas a ir dejando a un lado porque ya no es tan válido.

7. El cuerpo no se enferma, nos informa. Si nos tomamos el tiempo de escuchar a nuestro cuerpo y ponerle atención, nos volvemos mucho más inteligentes en como cuidarlo. Haz el experimento del desayuno para comenzar a tener una mejor relación con tu cuerpo. Todos los días trata algo diferente de desayuno y apunta dos horas después como es que te sientes. Esto te ayudará a conocerte y a tomar mejores decisiones en cuanto a la comida.

8. Opta por un sistema alimenticio de 90/10. Trata de comer el 90% de tu semana lo más nutritivo que puedas. El otro 10% es sucumbir a ciertos antojos que no son del todo saludables, esta bien. La restricción es contraproducente. Ojo, no te acabes todo el oxxo, sucumbe a tú antojo pero con moderación.

Hotcakes con harina de quinoa a la Clau :)
9. Explora tu creatividad y busca alternativas y/o sustitutos. ¿Crees que en ves de harina blanca para hacer tus hotcakes puedes sustituirla por salvado de avena, salvado de trigo o incluso harina de quinua?, ¿Crees poder cambiar el chocolate por cacao?, ¿crees cambiar la leche procesada y llena de antibióticos por leche de arroz o leche de almendras, o incluso leche de vaca orgánica?, ¿conoces que exista un rancho cerca de ti donde traten bien a los animales y no los alimenten de comida no adecuada a su eco-sistema?, ¿logras poder averiguar donde conseguir alimentos frescos y libres de químicos? Es cuestión de investigar, preguntar y averiguar.

10. Por algo la madre tierra es nuestra madre. ¿qué hace una Mamá? Nos nutre de amor, nos acoge y aprendemos de ella. Pues es lo mismo que hace la madre tierra por nosotros nos quiere nutrir de todo lo que sea correcto y favorable para que nos sintamos mejor por eso nos provee con tanto. Apeguémonos a nuestra madre tierra fielmente nos enriquece. Escoge vegetales verdes, verduras dulces, leguminosas, granos enteros, semillas, frutas, proteína de alta calidad. Lo anterior te hará sentir increíble y si te sientes bien todo lo demás viene por añadidura.

Entonces, ¿las dietas funcionan sí o no? 

Referencias: 
www.integrativenutrition.com
http://www.thegabrielmethod.com/
Book, Fit For Life, Harvey and Marylin Diamond. 
Book, Why diets don´t work, Harvey Diamond. 

2 comentarios:

  1. Muy buen tema!, es a parte divertido buscar nuevos lugares para comer sano y fresco, y de alguna forma comenzar a hacer conciencia de lo que le damos a nuestro cuerpo.

    ResponderEliminar
  2. Claudia Marcos de Zaragoza25 de febrero de 2013, 21:25

    Me gustó mucho, y tienes toda la razón en que las dietas son temporales y no funcionan a largo plazo.

    ResponderEliminar